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Jorge Tristán

TESTIMONIO DESDE HOUSTON, ESTADOS UNIDOS
15 de septiembre de 2008

Mi nombre es JORGE TRISTÁN, desde el año 1978 soy alumno de la maestra de saurología, Regina “11”, y quiero dar testimonio de lo ocurrido el pasado sábado 14 de septiembre del año 2008.

Desde tempranas horas del día 11 de septiembre recibimos el anuncio por parte de las autoridades de la ciudad de Houston, de la trayectoria hacia nuestra ciudad del huracán IKE. Comenzamos a tomar las precauciones pertinentes de recoger y adquirir entre otras cosas: agua, baterías, comida y linternas para utilizarlas en caso de emergencia.

El viernes en la mañana la orden de evacuación fue dada y procedimos a colocar por los alrededores de nuestras casas y en el lugar de trabajo (las oficinas en donde laboro se llaman WAYSIDE TRUCK PARTS), algodones con aceite magnetizado que fue preparado por la Maestra para casos de inundaciones. Luego de hacer esto coloqué la muñeca (efigie de la maestra) de porcelana, mirando hacia la entrada de la casa y procedimos a evacuar la ciudad de San Antonio, Texas.

Con mucho dolor vimos por televisión la magnitud del desastre natural que impactó nuestra ciudad; fue terrible la destrucción provocada por los vientos y la marea de 24 pies que entró y acabó con la ciudad de Galveston y sus alrededores.

Al día siguiente del huracán regresamos a la ciudad descubriendo en el camino toda clase de catástrofes. Árboles caídos, techos destrozados, casas devastadas y al llegar a nuestro barrio encontramos a muchos de los vecinos limpiando y arreglando todo en sus casas, las cuales la mayoría estaban sin techos y sin cercas. Mas… nuestro asombro fue total cuando observamos que nuestra residencia se hallaba intacta. Incrédulos procedimos a revisar todo, el techo, paredes y la cerca sin que una sola tabla estuviera fuera de su lugar. Lo único que realmente se cayó fue un pote de cerámica con una mata que se había quebrado.

Sé y doy fe que lo relatado se debe a la protección de la Maestra Regina ”11”, y el poder de los algodones que situamos por toda la casa.

Mi jefe el señor Pedro Batarse, también puede dar testimonio de que en su negocio nada pasó, no hubo pérdida alguna y todo lo encontramos tal como lo dejamos.

Al telefonear a los saurólogos de esta ciudad que también pusieron sus algodones, certificaron que ni a ellos ni a sus propiedades les ocurrió nada.

Agradezco a mi maestra Regina “11”, por todas sus enseñanzas, las cuales sigo aplicando y aplicaré hasta el final de este proceso terrenal.

Atentamente,

JORGE TRISTÁN
Leta – Houston y Panamá